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Un Poco De Historia





El dicho popular dice que los gatos tienen siete vidas. Si aplicáramos esto a las ciudades, serían muy pocas, a lo largo de su historia, las que han utilizado, por decirlo de algún modo, varias de sus vidas para seguir en pie.

Lo cierto es que a 62 kilometros de Los Ángeles se encuentra una ciudad que posee una historia muy rica: Angol es su nombre, el cual en lengua mapuche significa “subir a gatas”.

Podría decirse que fue su posición estratégica en el mapa la que generó sus construcciones y reconstrucciones, los ataques y las defensas que recibió. Las luchas entre el hombre blanco y los mapuches fueron las que desde el 24 de octubre de 1553, por orden de don Pedro de Valdivia, hasta el 7 de diciembre de 1862, por don Cornelio Saavedra, retardaron el momento en que se la decretó finalmente ciudad. Este rótulo recién se lo otorgó el gobierno nacional en el año 1871, cuando la declaró oficialmente como “ la ciudad de Angol”. Desde ese momento, y cuando el ferrocarril que venía desde Santiago la conectó con el resto del país (1876), la ciudad no dejó de crecer.


Historia y turismo

Angol es hoy una ciudad que posee la paz que le han sabido dar los años y la experiencia. Actualmente posee una población aproximada de 50 mil habitantes que se dedican a actividades forestales y agropecuarias. Su patrimonio cultural e histórico puede apreciarse caminando sus calles, hablando con su gente o bien internándose en algunos de sus museos y edificios históricos.

El museo Dillaman Bullock, ubicado en el centro turístico El Vergel, se fundó en el año 1961 y guarda en su interior vestigios arqueológicos, naturales e históricos, con importantes colecciones mapuches.

Otro museo que no puede dejar de conocerse es el Museo Histórico de Angol, que cuenta con fotografías y documentos históricos sobre la ciudad, desde sus fundaciones hasta la actualidad.

La Plaza de Armas Benjamín Vicuña Mackena es otra de las postales típicas de la ciudad. Sus jardines y lagos, sumados a sus esculturas, han logrado que se declare este hermoso lugar como monumento histórico nacional. El autor de dicha obra es don Virginio Arias, quien a través de su obra ha querido mostrar los cinco continentes.

El convento San Buena Ventura, que fue construido en el siglo XIX, es otro de los puntos de interés más recorridos por los visitantes.

Saliendo de la ciudad es posible llegar hasta las canteras Deuco, las cuales el río Malleco se encarga de regar y convierte en verdaderos oasis durante el verano. Este estación invita a acercarse al Parque Nacional Nahuelbuta, uno de los tantos tesoros que guarda esta bella comuna.

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